LA NAVIDAD ES UN COMPROMISO CON NUESTRA SALUD.

La época navideña es un reto para mantener nuestro peso y cuidar de nuestra salud. La comida siempre es un foco de atención que varía de acuerdo a nuestras tradiciones culturales y familiares. Las antes mencionadas dictan el valor calórico de los alimentos y si no registramos estos estímulos tendemos a desarrollar un aumento de peso. La pregunta lógica sería ¿Quién es el culpable? Infaliblemente y  siempre es la tentación, que no solamente es incitada por la presencia de suculentos platos, sino que también existe la presión de familiares o amigos que nos convidan a deleitar. Mis años de experiencia profesional me ayudaron a catalogar un factor que denomino  “ingesta emocional”. El primer causal es el estrés o la felicidad de la época navideña. El otro motivo de esta categoría emocional es que accedemos a comer indiscriminadamente justificando la anticipación de comenzar metas para el primer día del año (1ro de Enero). Generalmente tenemos en mente emprender una dieta estricta con un régimen de actividades físicas, lo que conlleva a obviar el ejercicio y comer copiosamente. La buena noticia es que invariablemente de las circunstancias descritas, los ayudare a mantenerse saludable y disfrutar de las festividades venideras sin que aumentemos de peso. Solo pido que consideren los siguientes esquemas para no lamentarnos al comienzo del año nuevo:

  1. Enfoquémonos en mantener el peso.
Si actualmente presentamos sobrepeso y aspiramos perderlo le aseguro que este tiempo no es el mejor para hacerlo. El simple hecho de mantener el peso actual es un gran reto durante la época de navidad. Tenemos que ser realistas y sobrellevar las festividades asumiendo el propósito de “mantener el  peso”. El plan es llegar a enero con el mismo peso que iniciamos el mes de diciembre,  es una meta que fácilmente podemos alcanzar si sabemos cómo tomar  el control de las situaciones y forjar un compromiso con nuestra salud.

  1. No concibamos que no comeremos nada en nuestra nueva dieta del año venidero.
La anticipación a restricciones o  a “que no comeremos nada” en nuestra dieta para el año nuevo, nos predispone a que más nunca vamos a disfrutar de una buena comida eligiendo en esta época a comer de todo  en grandes cantidades. Les aseguro que al comenzar el año muchos emprenderán dietas sin apoyo profesional. Cualquier plan de esta índole no aportará éxito porque incrementan la perdida de masa muscular con respecto a la perdida de grasa y disminuyen la taza metabólica. Otras secuelas son ansiedad, preocupación por la comida y depresión. Los mas probable es que al transcurrir quince días cesemos la dieta para comer abundantemente y engordarnos nuevamente.

  1. Mantengamos Físicamente Activos.
Si estamos acostumbrados a ejercitar mantengámonos esta política. Inclusive si cierran el gimnasio podemos cultivar otras actividades aeróbicas que nos gusten. Si no estamos habituados, aprovechemos  los días de asueto para promover la actividad física, tanto la nuestra  como la de nuestros hijos. Invítelos a subir el Ávila, a montar bicicleta, a patinar, a jugar, o a  nadar. Estas actividades no solamente ayudan a “quemar”  calorías sino que también ayudan a calmar el estrés y a mantener el peso corporal de todos lo integrantes de la familia.

  1. Debemos comer antes de salir a una reunión navideña.
No es recomendable que lleguemos a las reuniones con el estomago vacío. No solamente existe la posibilidad de que comamos exageradamente sino que también fallaremos ante la tentación de comer los alimentos más ricos y altos en contenido calórico. Por lo tanto le recomiendo que antes de asistir a la reunión, se deleite con un plato de frutas y yogurt descremado, o una rica ensalada de lechugas mixtas con queso ricota descremado. Asumiendo este hábito realmente comerá cuando tenga hambre y no porque otros estén comiendo.



  1. Debemos elaborar un Plan antes de asistir a la reunión navideña.
En primera instancia comeremos un desayuno y un almuerzo más liviano de lo acostumbrado reduciendo las porciones. El objetivo es seguir nuestra ingesta cotidiana equiparando el consumo calórico con el consumo total de lo ingerido en la reunión. Seguidamente tenemos que analizar  a donde vamos a asistir, quien estará ahí, y que alimentos ofrecerán.  Estos factores nos ayudaran a confeccionar una estrategia a la hora de comer. Tendremos en nuestra mente cual de los alimentos ofrecidos realmente nos gustan y de cuales podemos prescindir.

  1. Evitaremos  la glotonería.
Cuando asistamos a las fiestas navideñas no comeremos porque es un evento social o por la simple presencia de la comida. No vamos a picotear y concientemente prepararemos un plato con los alimentos que deseamos. Comeremos despacio, disfrutando cada bocado, haciéndolo de una manera lenta. Estimemos un lapso de tiempo que sobrepase los 20 minutos para terminar con este plato principal. El estómago necesita tiempo para segregar substancias que le dicen al cerebro que ya estamos satisfechos y que no necesitamos más comida. Una vez comido el plato principal puede picotear, pero dudo que le provoque. Pido encarecidamente a los diabéticos que se acuerden  de las  azúcares refinadas, ya saben que no son beneficiosas porque obligan secreciones de insulina que el páncreas no es capaz de sostener y provocan picos de glicemia muy altos con ramificaciones poco favorables.

  1. Reduciremos el número de calorías en la preparación de nuestro menú navideño.
Existe un sin numero de substitutos que son bajos en calorías y que saben extremadamente bien. Piense  en sustituir los panes y dulces por una variedad de frutas frescas o frutos secos.
Cuando preparemos las tortas podemos remplazar los huevos enteros con claras de huevo. Podemos optar y suplantar los alimentos grasos y fritos por otros más ligeros y cocinados a la plancha o al vapor. Existen libros disponibles en el mercado que ofrecen todo tipo de elaboraciones que son bajas en grasas y muy sabrosas.

  1. Cuidado con el alcohol.
Las bebidas alcohólicas son altas en calorías, los vinos dulces y las mezclas tropicales como el daiquiri y las margaritas pueden tener entre 150 a 450 calorías por copa. Podemos tomar refrescos “Light” o reducir el consumo  total de alcohol sirviéndonos los tragos con más hielo y agua.
  1. Disfrutaremos la compañía de nuestros amigos y familiares.
La época navideña es para  deleitarnos de la compañía de nuestros amigos y familiares. Evitemos enfocarnos en la comida que por lo general se convierte en el centro de atención. Siempre hablamos de la tradicional hayaca que preparamos o del pan de jamón que compramos este año. Es preferible que revirtamos la conversación a otro tema que no sea comida. Recordemos la palabra “balance” que en esta época significa disfrutar con moderación.

  1. Mantendremos la perspectiva.
El hecho de que comamos hasta saciarnos por un día no significa que hayamos destruido nuestro régimen alimenticio. Tampoco significa que vamos a engordar, para ello tendríamos que comer copiosamente por muchos días y es precisamente lo que no vamos hacer. Vamos a gozar de la comida que ingerimos en la reunión y olvidarnos de ese hecho para retomar nuevamente una alimentación balanceada el día siguiente sin remordimientos ni desesperaciones.

Para concluir quiero dejar muy claro que nuestra salud no nos da ninguna tregua y la Navidad no debe ser una excusa para dejar de llevar una alimentación equilibrada, comiendo frutas y verduras, practicando el ejercicio físico y combatiendo hábitos perjudiciales como el alcohol y el tabaco.


Feliz Navidad y buena salud para todos. 

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