1. Evalúa su estilo de entrenamiento.
Cuando
hablo de entrenadores (me incluyo), venimos en todos los tamaños, colores y
formas, sin embargo los estilos DEBEN
tener un común denominador llamado “calidad” de servicio.
2. Estudia las garantías.
Aplicando
el ejemplo del punto uno, DEBES tantear la sociabilidad, la experiencia y la Educación (formal, no-formal, e
informal) del entrenador.
3. Mide su
compromiso.
Siempre
piensa lo que quieres para ti, como cliente, en otras palabras, si esta persona
puede lograr tus objetivos a largo, mediano, y corto plazo.
4.
Evalúa la
apariencia física.
Los
entrenadores pueden pesar 120kg, y tener un bajo porcentaje de grasa. La otra
cara de la moneda es que pueden estar en mala condición física. Aquí aconsejo
que apliques el viejo proverbio que dice “Practicas
lo que predicas”.
5. Evalúa si puede comprobar insuficiencias antes de
programar lo que tú exiges.
NADIE
debe entrenar con molestias. Hoy en día las lesiones inducidas a través del
entrenamiento no deben existir. Estas son consideraciones muy importantes ANTES
de contratar a un el entrenador.
6. Solicita su CV o portafolio
Evalúa
su experiencia, estudios, presencia y
redacción. Muy importante Verifica las certificaciones.
7. Exige un entrenamiento de prueba
Habla
con sus alumnos o clientes, que te expliquen sus logros. Analiza si sus rutinas forman parte de
un sistema global entrenamiento.
En
conclusión no hay garantías, solo existe una doctrina por el cual se paga más
por un producto y la respuesta es calidad. Todos los carros tienen cuatro
ruedas, asientos, motor, transmisión y volante, pero existe una gran diferencia
entre un Lamborghini y un Kia.
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